En los últimos años, se ha hablado mucho sobre nuestro sistema educativo y se han realizado varias reformas; la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) de 2004 a 2011, la Reforma Integral de la Educación Superior (RIEMS) del 2008, la Reforma Educativa del 2014 y la publicación del nuevo Modelo Educativo en 2017.
Estas reformas han generado diversos efectos en la sociedad -más en contra que a favor- Especialmente en los docentes y en general en el gremio magisterial.
Las implicaciones de la Reforma Educativa como la evaluación del desempeño docente y todos sus mecanismos, instrumentos y etapas, han generado un sinnumero de reacciones; desde la simple subida del nivel de estrés de los profesores que serán evaluados, hasta manifestaciones sociales violentas, agresivas y, en algunos casos, trágicas.
No obstante todo esto, me parece que no hemos hecho la pregunta adecuada o, por lo menos, no hemos insistido en ella y encontrado respuestas: ¿Qué pasa con la calidad educativa? ¿Cuál es la calidad de los egresados de nuestro sistema educativo nacional?
Para intentar contestar esto, podemos tomar como referentes los ejercicios y resultados del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) del INEE o los resultados de The Programme for International Student Assessment (PISA) de la OCDE y, en ninguno salimos bien librados.
Claro, estos plan y programa evaluan los aprendizajes de los mexicanos en particular hasta un nivel de Educación Básica o Media Superior, pero, ¿qué pasa en la educación de nivel superior?
Creo que debería ser nuestra preocupación principal saber el nivel de preparación, formación y conocimientos de los egresados del sistema, de los mexicanos que se incorporan oficialmente a su etapa laboral productiva (la escolar también debió ser productiva).
Sobre este tema, se han realizado propuestas como las del proyecto Tuning para Latinoamerica que define los macroperfiles para diferentes carreras o áreas de conocimientos de los profesionistas y busca afinar las estructuras educativas para que sean pertinentes los perfiles de egreso académico con los perfiles de ingreso buscados en el ámbito laboral profesional.
Pero en este momento, me gustaría recuperar un referente nacional publicado a principios de la década de los 90 del siglo pasado por Carlos Ornelas.
Desde ese punto histórico, Ornelas visualizó a los profesionistas del futuro en nuestro país. Ese futuro, bien puede ubicarse en estos días del siglo XXI.
¿Cómo nos veía Ornelas a los profesionistas mexicanos de este siglo?
Para empezar, apunta de manera general que el profesionista “…será un profesional caracterizado por sus conocimientos amplios y su dominio de métodos y símbolos, más que por el acopio de información; [posee] habilidades y destrezas para construir y transformar conocimientos, apto para diseñar procesos productivos y para participar activa y críticamente en el cambio social y el mercado mundial.”
Y ya de manera particular apunta algunos rasgos interesantes que podrían funcionar como una sencilla lista de cotejo para autoevaluación:
- Los profesionistas deberán ser cultos y poseer valores morales e intelectuales superiores.
- Convertirse en seres productivos a lo máximo de su capacidad.
- Los profesionistas podrán construir sus propios conocimiento u obtenerles del lugar del mundo en donde se encuentren.
- No se conforman con recetas simples o conocimientos digeridos.
- Los profesionistas deberán saber manipular símbolos y conceptos, no solo herramientas; así deberán ser capaces de dialogar con otros profesionales de cualquier parte del mundo y en otro idioma.
- Los profesionistas deberán tener un conocimiento, si no profundo, avanzado de matemáticas y estadística.
- Los profesionistas deberán aprender a manipular una computadora y dominar por lo menos:
- un sistema operativo,
- un procesador de palabras,
- una hoja de cálculo,
- una base de datos y,
- acceso al correo electrónico, todo como el piso básico para iniciarse en los dominios de la informática.
¿Cuánto sacamos? ¿Podemos hablar de calidad en nuestro sistema educativo?
Ornelas, C. (1991) El sistema educativo mexicano. La transición de fin de siglo, col. Nueva Imagen,SEP, México, 1991, pp.339-342
Un comentario
Hola buenas tardes, soy Jorge Sánchez, Maestro frente a grupo de secundaria en su modalidad de telesecundaria, para mi es muy interesante el asunto que propones Maestro Edgar Sánchez Linares, sobre todo cuando hacemos una mirada retrospectiva desde que nos preparabamos como profesionistas, hasta llegar al desempeño de nuestra profesión, yo veo con nostalgia como la transformación de la sociedad se ha reflejado en la desaparición paulatina de nuestro planeta y por ende de nuestra sociedad en general, porque simplemente ningún programa educativo ha sabido detener la ambición devastadora del ser humano y ese es un claro reflejo de cómo vamos encauzando a la sociedad, y cada familia ignora cuál es el propósito del ser humano en este mundo, no deberíamos quejarnos de la existencia del mal por que los únicos que lo hemos provocado somos nosotros mismos, solo espero que algun dia la clase política entienda que urge desarrollar más la conciencia del humano más que la cultura existencialista. Gracias Maestro Edgar Dios te bendiga.