Partiendo de un juego de palabras, nuestro análisis tendrá tres partes: parte I; realidades, porque es importante saber dónde estamos parados. Parte II; retos, porque nos permite identificar lo que debemos afrontar y finalmente parte III; tendencias educativas, el cómo podemos transformarnos y mejorar nuestra práctica docente.
Parte I: Realidades
Desafortunadamente, la escuela es en ocasiones un lugar desmotivante y por ello hago referencia al siguiente fragmento de la canción “Another brick in the wall” de la banda inglesa Pink Floyd:
“No necesitamos ninguna educación No necesitamos que controlen nuestros pensamientos Ni sarcasmo oscuro en el salón de clases Profesores dejen a los niños en paz ¡Hey! ¡profesores! ¡dejen a los niños en paz! En conjunto es solo, otro ladrillo en el muro. En conjunto solo eres, otro ladrillo en el muro.”Pink Floyd
A pesar de que esta canción, alude a una educación bancaria donde el estudiante jugaba un rol totalmente pasivo siendo únicamente receptor de información. Por otro lado, en la actualidad aunque con un efoque centrado en el estudiante y su aprendizaje siguen quedando de lado aspectos importantes especialmente; la emoción.
A menudo identificamos que nuestros alumnos se encuentran desmotivados, pareciera que no tienen ningún interés por la clase, por la asignatura o por el tema pero sucede que nuestros alumnos probablemente no están motivados para lo que nosotros queremos enseñarles pero sí, para aprender algo de su total interés.
A menudo sucede que los estudiantes no encuentran sentido a lo que se enseña en la escuela y quisieran que se exploraran otras áreas del conocimiento. Por ello, será importante abordar otros aspectos de nuestros estudiantes.
Desde el año IV a.C. Platón creía que todo aprendizaje tenía una base emocional, conforme el tiempo ha avanzado existen aún más autores que refuerzan su teoría. Por ejemplo, José Ramón Gamo asegura que el cerebro necesita emocionarse para aprender o Francisco Mora quien afirma que el cerebro solo aprende si hay emoción.
Partiendo de estas ideas y conceptos es importante mencionar que buscamos en nuestros estudiantes una motivación interna y no a base de factores externos, porque aunque esos estímulos pudieran ser positivos son estímulos y reforzadores al fin.
Un factor importante será la emoción que como docentes reflejamos por la enseñanza, se ha comprobado que un docente apasionado invariablemente motiva a sus estudiantes.
Para identificar cómo emocionar a nuestros estudiantes será muy necesario conocer a nuestro cerebro y dejar de lado los neuromitos del mismo porque si bien es cierto que es el órgano mas fascinante del ser humano, también es el más complejo.
Parte II: Retos
El primer reto que los docentes tenemos es desarrollar las habilidades y capacidades necesarias en nuestros estudiantes. Será importante emplear áreas transversales para desarrollar las habilidades básicas y no encacillar a nuestros estudiantes en ciertos temas, contenidos o asignaturas.
El segundo reto es promover un aprendizaje efectivo y significativo. Y, el tercer reto es; nuestra formación, capacitación y competencia para la innovación.
Cabe mencioanr que los dos primeros retos, giran en torno a lo que debemos desarrollar en nuestros estudiantes y el tercer reto; se enfoca en nosotros, los docentes.
Parte III: Tendencias
Una tendencia es la neurociencia y su aplicación en el ámbito educativo, dando lugar a la neurodidáctica. Jesús Guillén es un autor que ha buscado crear un espacio para la neurodidáctica denominado “La escuela con cerebro”. En este espacio, Guillén comparte mediante videos, artículos, conferencias, etc. algunas recomendaciones para implementar la neurociencia en el aula dentro de las cuáles, destacan las siguientes:
- Motivación en el aula
- Objetivos de aprendizaje
- Conocer los intereses del alumnado
- Retos adecuados
- Aprendizaje activo
- Estrategias lúdicas
Para culminar, me gustaría compartir la siguiente frase de Francisco Mora;
“El dolor es una experiencia, un refuerzo negativo, que el cerebro trata de no repetir y olvidar pronto. Por el contrario, aprender con alegría, con placer, es un refuerzo positivo, algo cuya experiencia se trata de repetir y además mantiene en la memoria mucho más tiempo lo aprendido”.
Francisco Mora